“El hartazgo de las mujeres mexicanas lleva la protesta del 8-M hasta un blindado Palacio Nacional” de Georgina Zerega, Micaela Varela y Darinka Rodríguez para El País:
Las demandas de justicia para las víctimas de feminicidio y el respeto a los derechos de las mujeres se han vuelto a escuchar fuerte en el Zócalo de Ciudad de México. A pesar de la pandemia, miles de mujeres han marchado hacia la plaza principal del país para exigir un alto a la violencia de género. Las manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer en México han tenido en esta ocasión un destinatario principal para su mensaje: el presidente Andrés Manuel López Obrador. Los grupos de mujeres han interpelado al mandatario que ha tratado con desdén las exigencias de la mitad de la población del país. “Ya chole [ya basta] con la impunidad. Nos vemos en las urnas”, han escrito las manifestantes como una advertencia para el presidente, en letras blancas en la mayor plaza de América Latina.
Lejos del punto de inicio de la manifestación, un grupo de 30 manifestantes encapuchadas con pasamontañas fueron rodeadas por los escudos de varios centenares de policías. Las manifestantes que intentaban llegar al punto de encuentro para la marcha, pidieron que las dejaran salir a gritos y con megáfonos. Los policías, ataviados con cascos y extintores, las rodearon formando un muro con los escudos mientras llegaban más refuerzos a la zona. Otras mujeres han lanzado botellas de plástico y han exigido que no haya violencia contra las manifestantes.
Ante la respuesta con gas pimienta que lanzaba la policía, las mujeres se cubrieron hasta que se dispersó la nube ácida. Lanzaron botellas de plástico a los agentes y estos respondieron devolviendo los botellazos. Algunas manifestantes consiguieron despojar a las agentes de sus escudos plásticos para resguardarse del gas. Un total de 81 personas resultaron heridas en las protestas de este lunes, 62 policías y 19 civiles, según informaron las autoridades de la capital.
Desde la instalación de las vallas el viernes pasado, el ambiente se tornó provocativo. El gobierno lanzó un claro mensaje de que no se iba—ni siquiera—a escuchar las demandas legítimas de las mujeres exigiendo un alto a la violencia de género. Viendo los videos de cómo fue aconteciendo la jornada de legítima protesta, el operativo estuvo mal diseñado. Como se observó en varios puntos del paso de los grupos de mujeres, pareciera que la idea era la de encapsularlas, en contra de protocolos de actuación policiaca, y provocar enfrentamientos, no la de disuadir la violencia. Un ejemplo de ello fue el cerco de dos mujeres por decenas de policías.
Contrario a lo que las autoridades han dicho, la presencia misma del muro provocó que los contingentes buscaran pasar y retirar las estructuras metálicas, concentrando a todos los contingentes en un solo punto. Es decir, abriendo un boquete para que todas las mujeres fueran directamente en contra de los elementos de la SSC de manera concentrada. En cambio, si no existiera dicha valla, se necesitarían más elementos pero esto implicaría un mayor espacio para contener el avance hacia Palacio Nacional. Tampoco olvidemos el uso de cohetones y gas lacrimógeno. Incluso, hubo un momento en que la policía se colocó frente al muro, poniendo en riesgo a las policías y manifestantes. Una vez más, aumentando los enfrentamientos. En fin, fue más que claro que el objetivo no era proteger la integridad de la fachada de Palacio Nacional, sino la de generar confrontación.
Minutos más tarde, las manifestantes se percataron de la presencia de varios elementos de seguridad en el techo de Palacio Nacional. Mientras a ras de suelo las manifestantes resistían el embate de los gases lacrimógenos de la policía, las mujeres especularon si se trataba de francotiradores. Lo que sostenían estos elementos son rifles inhibidores de frecuencia para evitar el vuelo de drones, según indicó el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas.
¿Usando rifles antidrones que a la distancia parecen rifles de francotiradores? ¡Y todavía esperan que las mujeres los distingan! Otra provocación y clara amenaza. No puede ser que a esto le llamen “garantizar el libre ejercicio de manifestarse”.
No hay respuesta lógica ante la negativa de la responsabilidad que tiene el presidente para frenar la violencia que las mujeres sufren día con día en el país.
Las manifestaciones ocurren además en el inicio de la campaña electoral más grande de la historia de México. La candidatura al Gobierno de Guerrero de Félix Salgado Macedonio, un hombre cercano a López Obrador denunciado por violación y acusado de abuso sexual, ha sido protagonista de los reclamos de este lunes. El apoyo sin matices por parte del presidente, que ha dicho que se tratan de acusaciones típicas de los procesos electorales, ha despertado la furia del movimiento feminista que le reclama que cese el apoyo. La intervención del muro de Palacio Nacional se extendió la noche del domingo con una proyección en las paredes en la que se leía: “Un violador no será gobernador”, “México feminicida” y “Aborto legal ya”.
El movimiento feminista es el movimiento social más grande y organizado en México. Es comparable al movimiento estudiantil de 1968 y el Zapatista de 1994. Si López Obrador y su gobierno no quieren entender esto, ni escuchar el llamado a un más que legítimo alto a la violencia de género, de nada sirven las incesantes promesas que todos los días lanzan a los mexicanos. Solo terminarán siendo palabras vacías.